miércoles, 2 de agosto de 2017

Le di una oportunidad a Wapa- Parte I

Hace dos fines de semana quedamos con Vasca a tomar una copa en una terraza de Madrid.

La vez pasada que quedamos me dio una serie de argumentos por los cuales debería abandonar Tinder y darle una oportunidad a Wapa, aludiendo a que encontraría gente menos loca si seguía sus consejos. Punto uno, no usar foto; Punto dos quedar y ya. Así que bueno seguí su consejo y descargué la app, adiós Tinder hola Wapa.

Sentadas en el suelo, con la copa en la mano y mirando el cielo cada una comenzó contando qué tal le había ido con Wapa el fin de semana anterior. Partiremos por ella. Conversó durante la semana con una chica y quedaron para el día sábado. Esta chica vivía relativamente cerca de su zona, en un pueblo vecino y quedaron en un puente rodeado por un bosque (un lugar muy peculiar para mí para quedar con alguien pero bueno,¿ Entonces si digo “quedemos en la estatua donde cuelgan los murciélagos” estará bien?, aunque después de ver 8 apellidos vascos entendí varias cosas de ellos). Vasca tenía todo un planazo preparado que me sorprendió, organizó una cena en la playa preparada por ella misma, siiii por ella! “Mierda” pensé yo, con las cuatro cosas que sé cocinar imposible que invite a alguien a cenar si no es a un restaurant, menos si no la conozco, ¿Qué tal si le hago salmón a la mantequilla, ostiones a la parmesana y abro un vino y no le gusta? Si pienso en mi refrigerador…¿qué le doy de cenar? ¿Zumo de naranja, copos de avena, un batido de proteínas o saco los huevos del desayuno e intento algo más que un huevo revuelto, algo así como improvisar un omelet que aprendo ahí mismo a cómo hacerlo mirando YouTube? En realidad no tengo plan B, y hasta ahí llega mi conquista. Pero en cambio Vasca tenía plato frío y plato caliente (no quiso especificarme qué porque hasta ahí yo ya no paraba de reír con su cara de “tanto esfuerzo para nada”), bebida fría y sorbete que dejó en el frigo de cerca de la playa (no entiendo de dónde sacó un frigo en la playa) y hasta mantas llevó por el frío, es decir pensó en todo, eso sí que fue tirar la caña, echar los tejos y tirar todas las fichas en una jugada!.

Volviendo a la realidad, Vasca llegó a buscar a su cita de Wapa al puente en cuestión y en eso miraba su cara mientras me lo contaba fue de “Mierda!, un Orco” cosas que pueden ocurrir, es parte del juego en Wapa sin foto y bueno qué mas da si por lo menos se llevan bien, ¿no? igual puede ser divertida y hasta por simpatía te conquista, lamentablemente este no fue el caso. Este Orco (lamento llamarla así pero jamás me dijo su nombre) tenía cualidades peculiares; tímida porque en el trayecto en el coche no miraba a Vasca y muda porque no le dirigía la palabra, a tal punto que Vasca tuvo que decirle que se estaba quedando sin voz a lo que ella dijo “es que soy más de escuchar” ¿Qué haces ahí? De partida te sientes estafada porque durante la semana si hablaba y miraba el móvil para escribirte, pero en persona no te habla ni mira entonces ¿Qué pasó?. Tengo menos paciencia que ella por lo cual en su lugar habría hecho un escapismo, le habría pedido a alguna amiga que me llamara en plan emergencia para salir corriendo de mi mala cita, pero por otro lado había un tiempo de dedicación con una cena romántica en la playa, la cosa podía mejorar, lamentablemente este de nuevo no fue el caso. Durante la cena Vasca habló de todo, y ya cuando empiezas a hablar del clima es que los temas se te agotan, ¿no? Bueno entre el frío y su monólogo no solo los temas se le agotaron si no que la voz también, por lo que optó por pasar al siguiente escenario, un bar, puede que con unos 5 txakolí (o chacolí) en el cuerpo la chica entre en confianza. Fueron de bar en bar y hasta bailaron, bueno Vasca bailó con toda la gente que se encontró conocida, Orco creemos que pensaba algo profundo mientras miraba un punto fijo como por ejemplo el vaso, era buena para escuchar, no mirar y pensar, si me lo dicen así yo creo que se fumó un porro y no lo compartió con Vasca.

Posteriormente tipo 9am cuando ya tu cuerpo te pide cama pero no de follar (igual creo que ni de coña echaban un polvo), después de haber bebido todo lo que se pudo durante la noche, la chica debía conducir a su pueblo pero antes tenía que descansar algo...¿en dónde? En el sofá de Vasca, por fin en ese momento coge toda la valentía para hablar y mirar al mismo tiempo y señala que quiere hacer algo, con un tono de lujuria y lanzando una ojeada lasciva que hizo que Vasca despertara de su letargo para estar atenta a hacer una cobra, en eso se entretuvieron un buen rato hasta que la chica se cansó y se fue, por fin su cita acabó y ella acabó sin voz también.

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