viernes, 5 de octubre de 2018

La no boda de mi mejor amiga



Pepa vino a visitarme el año pasado, exactamente en esta misma fecha (octubre, recuérdenlo que es importante) . Al igual que yo ella en plena crisis de los 30 salió corriendo de Chile, vendió su piso y se fue a hacer lo único que sí está segura que le gusta hacer, viajar. Yo en cambio vine a Madrid a hacer de mí una persona más empollona aún. Somos muy distintas, como ella nos define " Ella es la cool y yo la nerd" pero amigas al fin y al cabo. Retomando, Pepa andaba recorriendo el mundo y vino a Madrid. Lo malo de esto es que en ese periodo yo estaba acabando mi tesis del primer máster y a su vez empezando mi segundo máster, por lo que tenía entre medio prácticas y clases, adicionalmente estaba haciendo entre medio una tesis para una chica...una cosa muy random que me pasó, pero terminé haciendo una tesis de sicología a una chica de País Vasco que estudiaba la carrera en Rusia y que me habló por Wapa cuando yo venía llegando a Madrid, sí, muy raro, pero era dinero y con eso sobreviví un mes completo. Por cierto, la chica obtuvo un 8 en su tesis (gracias Wapa porque además de darme bollodramas me has dado dinero) y yo aprendí algo de sicología. Como se podrán imaginar tiempo es lo que menos tenía, por lo que Pepa se puso a ver qué tal le iba en Wapa y así conoció a Marta.

Estuvieron dos semanas juntas, con intensidad a mil y ya Pepa ni se aparecía por mi casa. Al cabo de ese tiempo se fue a Francia e Italia y Marta...la fue a buscar hasta allá y la trajo de vuelta a Madrid, aquí estuvieron por dos semana más hasta que Pepa se fue a Tailandia. Y aquí viene lo fuerte... Marta dejó su trabajo como profesora de teatro, su centro de artes marciales (tenía uno en que ella enseñaba y era la dueña),vendió todo y se fue tras mi amiga (4 semanas entre chicas son como 2 años heterosexuales y aún así las chicas le dan 34 vueltas a si el siguiente año podrían pensar en vivir juntos con su novio y cómo proponérselo, en fin).

Estuvieron recorriendo el mundo de la mano por 6 meses, visitando más de 10 países, conociendo islas con nombres impronunciables, trabajando juntas y posteándose a diario en las RRSS su amor eterno con sabor a frambuesas. Pero el dinero no es eterno y tuvieron que volver a Madrid y el problema venía ahora, ¿cómo podrían seguir juntas?. Las visas te juegan en contra acá (díganmelo a mí, es una putada), así que decidieron casarse, amor había de sobra y Marta feliz quería su vida al lado de Pepa. Todo iba muy bien y pintaba de maravilla, previo a la boda Pepa quiso ir dos meses a Chile a visitar a su familia y mientras tanto Marta se quedó acá trabajando, consiguiendo un piso donde vivir y haciendo todos los trámites para la boda. De vez en cuando Marta y yo quedábamos por unas cañas y para hablar de la boda. Me pidió consejos de cómo pedirle matrimonio de una forma bonita a Pepa, del anillo que debía comprar, de cómo o dónde sería la boda, yo estaba muy feliz, sería la testigo y dama de honor de mi mejor amiga. Marta es una mujer una en 100 millones, nadie deja y hace tanto por hacerte feliz, lo malo es que...al otro lado del mundo las sábanas, la cocina, la alfombra, el coche y varios rincones más se estaban pintando de otro color, aroma y sabor por el reencuentro entre Pepa e Ina.

Ina es aquella chica con la que de vez en cuando Pepa se quitaba las ganas desde hace años, pero no ocupaban su tiempo en ir al cine, a comer o preguntarse cómo estuvo su día (digo, creo que te dan ganas de conversar un poco y hacer otro tipo de cosas). Habían sido amigas de fiestas y con derechos, pero cada cual tenía algún tipo de relación por su lado, así como novia o en este caso prometida (lo sé, muy feo, pero se pone peor así que siéntate y ya podrías ir abriendo una cerveza o sirviéndote un gin tonic) y en este caso Ina había estaba casada por dos años y hace un mes se había separado de su esposa, mientras Pepa iba a dar el sí ante el juez en un par de meses para cambiar su estado civil. Extraña, curiosa y macabramente lo que no nació en 10 años nació ahora en un mes, a eso le llamaron “amor”. Pepa tuvo una relación paralela en Chile con esta chica durante un mes, conoció a su familia viajando a una ciudad a 9 horas en coche desde la capital y bueno en Santiago eran una pareja más del gremio arcoíris. Entre paréntesis, Ina no sabía que Pepa viajaría a Madrid para casarse, solo sabía que tenía novia acá y que vendría, sin un plazo definido. Pasó el mes y llegó la fecha en que Pepa debía coger el vuelo a España e Ina la fue a dejar al aeropuerto, con llantos, sollozos y mocos mutuos, jurando amor eterno y suplicándole Ina a Pepa que no se fuera, todo esto con los padres de Pepa al lado, una situación muy incómoda imagino, tu hija está cogiendo un vuelo para casarse y a su vez la ves llorando por dejar a su amor de primavera en el otro lado del mundo (en el hemisferio sur ahora es primavera).

Pepa pisó suelo español y al día siguiente tuvo una discusión con Marta (si pasan dos meses sin verte con tu chica y ella no quiere follar algo raro pasa, ¿no?) en donde le confesó que se acostó con otra chica (solo una vez, un revolcón), pero que fue algo sin importancia (mientras tanto por WhatsApp Pepa e Ina se escribían te amo con corazones, flores y frases más cachondas que el francés mismo) y que bueno ya no quería casarse (no faltaba más)… en el acto mismo Marta la perdonó y terminaron en la cama (sí, así mismo. No, yo tampoco entiendo).

Pasaron los días y ya la cosa tomó otro rumbo, Pepa compró su pasaje de vuelta a Chile, mientras Marta le pedía que se quedara. Se va el siguiente miércoles por la tarde (hoy es viernes 5 de octubre) pero... este fin de semana se van a Lisboa a un viaje que tenían planeado desde antes.En aquel viaje Marta había alquilado una noche en un barco y llevaba el anillo para hacer la petición final, esas bonitas que creciste mirando en las películas, mañana cumplirían un año... hasta aquí se me acabaron las palabras. Creo que si la historia fuera mía y aunque el viaje lo hubiésemos planeado para ir a ver auroras boreales en un anillo de Saturno yo no habría ido. En mi opinión Netflix, pizzas y cervezas sonaban a planazo comparado con marcar a Lisboa de por vida como un lugar donde no iría mas, pero bueno amor es amor y Marta quiere una “despedida” con todo lo que eso implica y entonces harán el viaje. Recordemos que Marta sabe que fue solo un revolcón, no una relación paralela, una cosa es una infidelidad y otra cosa muy distinta es...esto. Mientras tanto mi amiga ayer se quedó sin batería en el móvil de tanto hablar con Ina, quien la irá a buscar el próximo jueves al aeropuerto (a dejar y a buscar, ¿lo ven?) y le llevará el desayuno a la cama al día siguiente.

En este momento Pepa y Marta están teniendo una discusión (en unas horas más sale su vuelo a Lisboa), mientras tanto yo escribo en la heladería que está debajo de su casa. No sé si discuten cosas triviales como el que hacer el viaje romántico de pedida de mano e ir a follar por última vez es una puta locura, o si discuten algo más importante para ellas como elegir ventana o pasillo.