sábado, 17 de diciembre de 2022

La chica de la luna



Siendo la 1:17 am, mientras espero que un modelo me arroje un error o por fin calcule lo que necesito (un puto "if " de sobra y todo se va al carajo), retomo esto que tan botado he tenido para hablar de la nueva "ella", esa que por dignidad o sugerencia del ente que habita en mi oreja dije "esto es más bajo que ser la amante" y me fui, hecha pico, pero de eso ella nunca se enterará. En realidad supongo que no, es decir espero que jamás de los jamases llegue a este blog. Por suerte, hoy justo cuando le iba a revelar mi seudónimo (el secreto de estado, porque implica llevarla a la intimidad de los aconteceres de mi  vida), un hoyo en el camino y mi rápido movimiento con la bici evitó que respondiera su mensaje.

Acá va nuestra no historia. Gracias a mi amiga Pepa me tocó vivir el que espero sea mi último bollodrama del año (igual es mediados de diciembre, puede que lo logre). 

Sucede que Pepa, en su postura de vida eco-sustentable - antisistema -fobia a la heteronormativa - rechazo al patriarcado y búsqueda de la empatía social, mezcla conflictiva con el resto del mundo que la rodea y resultante de un amor escandaloso hacia su novia hippie, se fue al sur del país a buscar dónde montar un hostal. Por supuesto como buena torta tiene gatos y necesitaba que alguien cuidara de ellos, incluyendo sus tres plantas de marihuana y su nuevo emprendimiento de hongos alucinógenos, entrando yo en la escena ya que me encomendó aquella misión. Resultaba casi pan comido ahora que lo leo, pero para mí fue todo un tema organizacional hacerme cargo de tanta vida. Afortunadamente nada murió durante esos 10 días que estuve en su casa (un cerro al que no llega el correo), solo salí rasguñada del corazón en aquel lugar poco urbano. 

La había visto un par de veces antes, pero nunca presté más atención a la vecina de mi amiga que a los colores estelares de su casa. Irina, una de las mujeres más interesantes que he conocido y que me moría de ganas de conocer más. En contexto, relación de parte de ella a distancia con su novia por tres meses, distancia que acaba en breve porque  vuelve a Chile en unas horas.

En los días que estuve viviendo en casa de mi amiga para cuidar a sus seres vivos, tuve la oportunidad de compartir con ella unas cervezas, caños y echar muchas risas. Justamente esos días pasaron varias cosas en mi vida que en simples palabras me trasladarían al otro lado del mundo en tres meses por un tiempo indefinido, además de dejarlo con mi novia de 4 años, con la cual tuve millones de ideas en un comienzo concretando finalmente solo un par, como suele ocurrir mis expectativas mentales superan la realidad, nos vimos muy pocas veces ya que vivimos en ciudades y vidas completamente diferentes y que lamentablemente no hicimos el esfuerzo de juntar. ¿Ven? sí, esto va intenso, pero aclaremos que esta historia no va de ello. En todo el año no me pasó gran cosa y en unos días la vida te pone en acción. 

En conversaciones de sofá con música de fondo y un matiz de humo en el ambiente hicieron en más de una ocasión acelerar mi pulso. Me enteré de sus anécdotas, visiones de la vida, complejos existenciales, algunas inseguridades y una pincelada de historia familiar. Con los distintos temas identifiqué algunas de sus  miradas, dejó entre ver un par de manías y  en algún punto que no tengo idea cuál fue, empecé a notar sus curvas.  No tengo muchas rrss, de hecho soy bastante mala en lo de publicar cosas, pero terminé teniéndola de contacto hasta en  teams. Ahora cuando necesito llamar a un colega, sigo viendo su nombre en la lista de conversaciones recientes. Dentro de toda esta historia, a lo largo de nuestras conversaciones yo le conté lo que sentía por ella, me dije a mí misma le tengo que decir lo que me pasa con ella, ¿saben qué? Era mutuo. Pero ella tenía novia, esa era la situación y me lo dejó muy claro desde un principio y francamente no me importó tanto, yo solo quería saber más de ella y a ella le interesaba coquetear conmigo. Sacando cuentas este rollete fue de un mes, intensidad color violeta.

Aclaremos que durante todo este tiempo no pasó siquiera un beso, solo largas conversaciones de todo tipo que me mantuvieron en vela por varias noches, ¿cómo es posible que me duela tanto?. Resulta que muchas veces olvidamos lo sensual que puede ser generar una tensión previa a través de conversaciones, mucho más excitante que ir directo al grano y por ende más atrapante, ya que tu mente es la protagonista de la situación. En mi cabeza, por ejemplo, le quité la ropa de quince maneras distintas, sentí el placer de apretar sus muslos entre contracciones involuntarias y contenerla con mis brazos, recorrí cada una de sus curvas describiendo sus puntos cardinales con mis dedos y conocí el sabor de sus fluidos mientras la habitación coleccionaba sus gemidos. Lo peor de todo es que quería prepararle el desayuno por la mañana.

Pasamos tiempo formando un cyber lazo que a ratos se llenaba de conversaciones calientes  y fotos comprometedoras, acompañado de un cuestionamiento continuo por su parte debido a su estado sentimental.  Estuvimos así durante un par de semanas hasta que quedamos en ver qué tal se nos daba una noche juntas, sin compromisos como dijo Irina. Dos horas antes me manda un mensaje de que no puede ser porque llegó la tía de su novia a mudarse de casa al lado de ella...un inconveniente pensé yo, pero solucionable. Y no, le entró la angustia, vino el pánico, saltó la culpa junto con el miedo de que la descubrieran y ya luego de escuchar un audio diciéndome que quizás todo pasa por algo, que se le pinchó el globo y que le incomodaba estar así conmigo justo la noche antes de que llegara su novia dije...ya está, hasta aquí nada más. Le deseé suerte con todo y le pedí no hablar por un tiempo, para olvidarme de ella. Su último mensaje fue un emoticón con el corazón roto. ¿Roto de quién? continuo preguntándome.

Empecé a escribir esto para entender lo que alguna vez ella me hizo sentir, la vulnerabilidad de cambiar de planes por alguien solo para verla una hora y terminar mirándola hablar de y con su novia. De pasar por encima de tus principios, porque jamás deberías dar tu tiempo a alguien que no te puede ver siquiera como una opción válida. De todas formas, esto es solo mi responsabilidad. Cuando alguien te mueva el piso tu sentido de razonamiento se anula, te hace sentir ese subidón de dopamina y oxitocina que a tu cerebro tanto le gusta, te pones como una idiota y andas sonriéndole a cualquiera en la calle... lo malo está en que cuando se lo quitas el cerebro te sabotea con cortisol, abriendo paso a la etapa de la melancolía, resignación y pesimismo que solo se sana con tiempo (otros recurren a los antidepresivos). Afortunadamente llega la recuperación, que si bien va a su puta bola en cuestión de tiempo todos sabemos que finalmente llegará un día. Una cosa importante en nuestra última fase y dar vuelta la página es el aprendizaje en el cortex prefrontal que nos permite volver a abrir la puerta a alguien más. En mi caso voy en la melancolía, me queda un resto.

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