lunes, 26 de febrero de 2018

Alice, Sara y Julieta


Hace un mes atrás quedé con Alice para nuestros miércoles de copas, bares y risas, cosas habituales entre nosotras para salir de la rutina y despertar al día siguiente con la resaca y culpa de haberle fallado a la dieta otra vez, levantarte como puedas y llevar tu cuerpo destrozado a clases o a donde tengas que llevarlo disimulando con un café, gafas y un poco de agua fría si es necesario.

Antes de empezar a contar nuestra noche debo hacer un paréntesis gigante y referirme a Alice que este blog se lo merece.
Alice tiene dos grandes cualidades que la definen (no, no me refiero a sus tetas por si alguien lo pensó). Alice es esa clase de chica que puede levantarse por la mañana, coger la sábana con que durmió y babeó toda la noche, darle un par de vueltas y salir a la calle a quedar contigo, pero con más glamour que Kika Lorance en el orgullo. Por otra parte, su cabeza tipo camaleón hace que cada vez que quedo con ella intente ubicarla rápidamente buscando un rosado, rubio, verde o lila, aunque esa semana puede que tenga un color nuevo y lejos de mi vaga imaginación. Pero ante todo en mi opinión su mejor cualidad es tener la voz más sensual que jamás haya escuchado. Para corroborarlo les he enseñado un par de audios a algunas amigas y no es que haya visto que las bragas se caían de forma inmediata al suelo, pero sí que se aflojaban bastante y pedían escuchar otro audio, hablando lo que sea incluso cuando dice "boquerones" suena sensual. Si hay algo que estoy segura en la vida es que con su voz y tu mano puedes llegar a tener un orgasmo de puta madre en la privacidad de tu habitación, sin necesidad de partirte la cabeza intentando ligar por algún sitio, app o esperando que la vida te tropiece con alguna casualidad por ahí.

Como todos nuestros miércoles empezamos en algún bar y luego en otro y no sé por qué motivo pero otra vez terminamos en el Escape dándolo todo y bailando hasta abajo. Entre canción y canción a Alice le dio por ligar y clavó sus ojos en una chica del lugar. En un principio me costó ver cuál era la chica hasta que por fin, luego de muchas señas la identifiqué, en ese momento pensé en que para gustos los colores y todos afortunadamente pensamos distinto. En fin la cosa es que le guste a ella y no a mí está claro. Antes de irnos del lugar Alice le pidió el número a la chica.

Durante la semana comenzaron a hablar y a sacarle algún tipo de información, partiendo por el nombre, Sara - 25 años, a ello Alice reaccionó con un “ es un bebé! Puedes creerlo? Se veía mayor”. A mí no me preocupó que tuviera 25 total de 25 a 30 son solo 5 años, lo que me perturbó y continúa haciendo eco en mi cabeza es que hubiera llegado así a los 25, en serio parecía de 35, y no, yo no tenía muchas copas en el cuerpo esa noche como para ver tan mal. Ya lejos de importarle la edad Alice seguía interesada y así fue como comenzaron a quedar.

Entre la primera y segunda vez que quedaron Alice aumentó su interés por Sara y en nuestro cotilleo vía whatsapp todo iba de maravilla, aunque no hubiera habido algún tipo de acercamiento hasta el momento. Al conversar un poco y para aclarar las cosas desde un principio Alice le comentó Sara que lo de tener novia no va con ella, que San Valentín no es para pasear de la mano por el parque con globos de “I love u forever” y cenas románticas junto a otras parejas en un restaurant, que los domingos con manta, bollerías y Netflix le vienen bien a solas y que el sexo con amor se le da genial con sus folliamigos. Para su grata sorpresa Sara le dijo que las relaciones de pareja tampoco eran lo suyo y las cosas de una noche le acomodan bastante, pues bien ¿no? Un punto muy importante en común.

Para la tercera vez que se vieron entonces ya Alice iba más convencida con respecto a qué terreno estaba pisando así que quiso romper el hielo, sus hormonas estaban sugiriendo un cambio de escenario y coger las cervezas del bar para dejarlas al lado de la cama sonaba a planazo. Entonces a la hora de despedirse Alice intentó besar a Sara, pensando lógicamente en luego ir a follar por ahí pero recibió una cobra... Sara saltó con un discurso de 20 excusas baratas y una salida desesperada diciendo“es que no me lo esperaba, es que me caes bien y quiero mantener la amistad y me gusta la relación que tenemos” wait wait wait ¿En qué momento alguien habló de relación? Alice dijo de un principio que no le gusta tener novia y que los folliamigos son lo mejor de la vida y ella pensaba similar, por otro lado una chica en una discoteca te pide el número y vas quedando con ella, ¿Qué más esperabas?, te creo que no te guste pero ¿Decir que quieres mantener la amistar?. Se han visto tres veces y ella ya quería dejarla por siempre jamás en su vida como amiga, billete directo a la friendzone.

No digamos que Alice se deprimió con esta cobra pero claramente ya de follar ni hablar y su cuerpo lo supo. Pasaron unas dos semanas y un día de esos Alice al llegar a casa se encuentra con un paquete de Amazon que ya había olvidado que había encargado, así que le cambió la cara de solo verlo (algo así como cuando encuentras dinero en un pantalón al ponértelo). Y ahí estaba “satisfyer”, descrito por Alice como “el mejor juguete sexual que he comprado en la vida”. La bautizamos como “Julieta” y desde entonces Alice y ella van juntas a la cama.

Buscando en la web encontré comentarios tales como “En unos segundos, al séptimo cielo” “Lo recomiendo totalmente, me lo regalo mi marido, no podía creerme lo que el aparatito hacia” “Simplemente brutal. Es increíble. Es como ir de cero a cien el tres segundos” “Los mejores 40€ invertidos en juguetes eróticos de mi vida. Orgasmos muy intensos en pocos minutos. Creo que voy a jubilar al resto de mi trastos” y varios más de este estilo.

Siento a lo menos curiosidad (por así decirlo) y un poco de envidia por las noches de Alice con Julieta. Podría ser un buen auto regalo de cumpleaños.

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